“Quiero manifestar mi protesta contra ese atentado a la libertad de expresión”. El presidente de Brasil, Lula Da Silva, todavía al frente de la quinta nación más poblada del planeta, no se ha limitado a expresar un testimonio de solidaridad y denuncia con la situación de Julian Assange, preso en una cárcel de Londres, no, el presidente más respetado de América Latina, ha ido mucho más allá en su compromiso público con WikiLeaks. Ha pedido un cambio de tornas:
En vez de culpar a quien ha divulgado esos documentos, deberían ser culpados los que los escribieron
Pero no es el grito de rabia de un político decente que se retira y recuperar la libertad para decir lo que piensa. No, el testigo de la dignidad lo ha recogido la presidenta electa Dilma Rousseff que ha criticado con suma contundencia a la prensa en general por “no haber defendido el derecho de libre expresión” de Assange. “Este muchacho está preso y yo no estoy viendo protesta alguna contra la amenaza a la libertad de expresión”:
Haré esta denuncia desde el blog de la Presidencia brasileña
Brasil, alguien dijo que el país del futuro. Es hoy, mañana siempre es tarde.
Vía | R7 noticias via:Nacionred